D.R.
Bazar de la Ilusión
A mediados de los sesenta, a eso de los siete u ocho junios de dura escarcha y sabañones, uno solía alucinarse con las miles de imágenes dibujadas por los más maravillosos manipuladores de sueños que se podían conseguir por esta comarca y su vasta zona de influencia.
Algunos, en carácter de tío, te relataban, con lujo de... Continuar leyendo